lunes, 10 de septiembre de 2007

Y llegaste TÚ



Hace un año, me pasaba las tardes de verano, las MUY calurosas tardes de verano, esperando. No sé qué, pero esperaba a algo….o a alguien. Llegaste tú, no recuerdo como apareciste en mi vida, por que al principio, por razones externas, yo no te quería. Pero al hacerlo, iluminaste mis esperanzas. Empezaste a ser solo un amigo al principio, luego, sin saber cómo, pasaste a resultarme especial, y sin darme cuenta… imprescindible.
Cuando me di cuenta, ocupabas gran parte de mis pensamientos, mi tiempo lo utilizaba en escribir tu nombre y en imaginar imposibles contigo, hasta que desperté de mi sueño y recordé que no era libre. Tenía a alguien que absorbía mis energías y menguaba mis fuerzas, alguien muy cercano a ti, alguien que conseguía alejar y borrar mis sueños.
Me ayudaste en los momentos más duros, a reaccionar ante aquello que me estaba marchitando (como tantas veces me repitió mi madre y no quise escucharla) me hiciste abrir los ojos y te acercaste a mi con peligro de salir ardiendo, al adentrarte en el infierno que estaba viviendo en mi interior. Pero no te fuiste de mi lado.
Aun sigues hay día tras día, sin alejarte un solo instante, siempre atento de que yo esté bien y no me falte nada. Desde aquí te agradezco todo lo que hiciste, haces y sé que harás por mí. Te Quiero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

:) Después de todo lo que tengo que pasar gracias a las gilipolleces de un dolorcito de cabeza que se cree el centro del mundo, creo que merece la pena..

¡¡Te quiero!!