miércoles, 29 de septiembre de 2010

Desde una centrica calle de Madrid

Este fin de semana vi una pareja de ancianos pasear por una muy concurrida calle de Madrid capital. Era una imagen conmovedora.
Ella casi no podia ni andar, aferrada al brazo de su marido, que la sugetaba con la poca fuerza que le queda.
Entrados en canas, con toda una vida juntos, paseando despacito recordando aquellos años en los que las arrugas no modificaban sus sonrisas.
Me pregunté en ese momento, cómo estaré yo a su edad, y si tendré algo parecido. Alguien de quien aferrarme cuando mis fuerzas mengüen por el tiempo. Alguien con quien recordar los años de juventud. Y la respuesta resonó en mi cabeza y en mi pecho como un fuerte mazazo.
NO.
No quise seguir pensandolo, e intenté centrarme en mi compañía. Mi padre y mi hermana mayor. No quise pensar más, y consolarme con que mi padre es mayor y feliz.. pero no es asi, también está solo después de 28 años de matrimonio. Y ahora está sólo, al igual que mi madre.
Ninguno de los dos tiene a nadie que le agarre así del brazo cuando vayan paseando por una calle, en la que el resto de peatones no tengan piedad y pasen indiferentes a su lado, ignorando toda aquella ternura como la que desprendía la imagen de los dos ancianos.
Intento imaginar que algún día yo encontraré a alguien que me acompañe en un paseo. Alguien que quiera tenderse sobre la fresca hierba de un parque a contar las nubes que pasan. Alguien que desee tanto como yo rozar su mano con la mia.
Pero cada vez lo veo más difícil, porque esa persona no tiene cara aun... y la que ya habia imaginado se ha esfumado para siempre. Aunque todavia quedan resquicios de él por los cajones de mi corazón, los cuales no estoy segura de querer terminar de eliminar del todo..
Lo siento de veras si lees esto en algún momento, e imagino que lo harás. Pero sé que es imposible que podamos recrear en algún momento la tierna imagen de los ancianos paseando por el centro de Madrid. Simplemente porque ya he abandonado esa esperanza al saber que es totalmente incompatible con mis sueños. Tú buscas una cosa, y yo otra totalmente distinta. Y aunque algun dia nuestros caminos se vuelvan a cruzar, sé que será igual de imposible que ahora.
Se que te he mentido, que aun te quiero, que me duele verte, hablar contigo, pero no puedo evitar hacerlo. No puedo renunciar a ti.. por lo menos aun no. Sólo te deseo lo mejor, que consigas ser feliz sin mi. Que me llores si es necesario, que me sueñes si es lo que quieres, pero que con el paso del tiempo me olvides y sólo quede de mi un bonito recuerdo de tiempos pasados y lo vayas hablando de la mano con otra persona, por una centrica calle de Madrid, los dos muy arrugados..

viernes, 17 de septiembre de 2010

Te esperaré debajo de la luna..

Y mientras tanto yo sigo mirando como pasan las horas en mi reloj.. ya desacompasado con el tiempo.
Dejando pasar los minutos, uno a uno, cada suspiro es un infierno en el que se escapa un pedacito de mi alma. Raida ya de tantas batallas. Está cansada.
Soñando el momento en el que pueda compartir contigo mi silencio y poder suplicar al cielo más noches en vela.
Cubriré un día toda mi piel de tatuajes, para no dejar cabida a más cicatrices. Ni una más. Seré fuerte.
Investigando cada noche las estrellas para averiguar en cuál te perdiste tú.
Deseando encontrarme otra vez contigo en aquel momento y hacer todo lo que no hice.
Lloraré todas las noches que esté lejos de ti. Pediré un último instante contigo cuando ya te hayas ido.
Gritaré tu nombre desde lo más alto para que me oigas allá donde estes.
Haré crecer un árbol en mi corazón, que llevará tu nombre grabado. Y lo dejaré crecer a su antojo.
Sentiré que me muero cada vez que note tu olor en mi ropa y ya no estes.
Al atardecer siempre miraré en la dirección donde sepa que estes tú.
La luna será testigo de mis lágrimas en silencio, colgada en una ventana que nunca fue mia.
No volveré a pronunciar jamás las palabras "te quiero" a cualquiera que no seas tú.
No besaré más labios en mis sueños que no sean los tuyos.
Ni surcaré el cielo con la mirada, si no es para buscarte.

Esperaré el tiempo que haga falta, hasta que por fin encuentres el camino hacia mi, por el sendero de las estrellas del firmamento.. pero recuerda que la Luna siempre te guiará. Allá donde este ella, mira debajo, que me encontrarás esperandote, sonriendo de saber que al fin, conseguiste encontrarme.